21 de marzo de 2010

—¿En qué piensas?
Su voz la devolvió al presente, y Allie se sobresaltó. Se dio cuenta de que no había hablado mucho desde que estaban en la canoa y agradeció el momento de silencio concedido por él. Siempre había sido muy considerado.
En cosas bonitas —respondió en voz baja, y por la expresión de los ojos de Noah, comprendió que sabía que pensaba en él. Le alegró que se diera cuenta, y deseó que él también hubiera estado pensando en ella.
Entonces una emoción comenzó a vibrar en su interior, como había sucedido tantos años atrás. Se sentía así siempre que lo observaba, siempre que observaba los movimientos de su cuerpo. Y cuando sus ojos se encontraron durante unos segundos, sintió una oleada de calor en el cuello y en los pechos, se ruborizó, y miró hacia otro lado antes que él lo notara.
—¿Cuánto falta? —preguntó.
—Unos setecientos metros.
Después de una pausa, Allie dijo:
—Es un sitio bonito. Tan limpio, tan tranquilo. Es casi como un viaje al pasado.
—Supongo que, en cierto modo, lo es. El río nace en el bosque. No hay una sola granja entre su nacimiento y este lugar, y el agua es tan pura como la de la lluvia. Probablemente siga siendo tan pura como al principio.
Allie se inclinó hacia él.
—Dime, Noah, ¿qué es lo que más recuerdas del verano que pasamos juntos?
—Todo.
—¿Nada en particular?
—No —respondió.
—¿No lo recuerdas?
Tardó un minuto en responder, y lo hizo en voz baja, grave:
—No, no es eso. No es lo que piensas. Cuando digo "todo", hablo en serio. Recuerdo cada instante que pasamos juntos, y todos fueron maravillosos. No puedo elegir un momento que significara para mí más que otro. Todo el verano fue perfecto, la clase de verano que todo el mundo debería tener la oportunidad de vivir. ¿Cómo iba a elegir uno en particular?
»Los poetas casi siempre describen el amor como un sentimiento que escapa a nuestro control, que vence a la lógica y al sentido común. En mi caso, fue exactamente así. No esperaba enamorarme de ti y dudo mucho de que tú tuvieras previsto enamorarte de mí. Pero cuando nos conocimos, ninguno de los dos pudo evitarlo. Nos enamoramos a pesar de nuestras diferencias y, al hacerlo, creamos un sentimiento singular y maravilloso. Para mí, fue un amor que sólo puede existir una vez, y por eso cada minuto que pasamos juntos ha quedado grabado en mi memoria. Nunca olvidaré un solo instante de nuestra relación.

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