3 de octubre de 2010

 Ayer me acosté un poco tarde, tampoco mucho, y aún así hoy me levanté a las diez con todas las luces y con muchas ganas de hacer algo. Me vestí y me fui al patio a leer sentada en unas maderas, con el solcito en la cara. Desde que abrí los ojos que estuve pensando en él y en que lo extrañaba aunque lo había visto hacia horas. Una boluda de esas que me caen mal, ya sé. Casi al mediodía me bañé, y llegaron los padrinos de Lauti y comimos un asado (igual a ensalada y pizza de ayer para mi, cosa que me ENCANTA fuera de joda) y una torta helada que hizo Laura que estaba genial. Y así se fue pasando la tarde, con calma, sin sobresaltos. Después me acordé de la pila de cosas que tenía que hacer para el colegio asique seguí leyendo un buen rato, le mandé un mensaje a Fran y ahí las cosas mejoraron todavía más. Y fue un Domingo muy calmo, relajante, lindo.

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